Flora Cantábrica

Matias Mayor

Lourdes.Español.13,ENFERMA DE MUERTE


ENFERMA DE MUERTE

 

Bernardita, después de las apariciones, quería ser religiosa, pero no veía esta posibilidad muy cerca, ya que estaba frecuentemente enferma de asma y tenía vómitos de sangre, debido a la tuberculosis que hizo su aparición. A veces, eran tan fuertes los ataques de asma que decía: ¡Abridme el pecho! 95. Por otra parte, no sabía por qué Congregación decidirse y no tenía la dote requerida para entrar.

 

El 20 de abril de 1862, después de visitar la gruta, se enfermó gravemente y estuvo en peligro de muerte. Le administraron la extremaunción.

 

 El padre Pomian le dio una pequeña partícula de la hostia para comulgar y, en ese momento de la comunión, se sintió mejor y pidió agua de la gruta. Bebió unas gotas y exclamó: Estoy curada. A la mañana siguiente volvió el doctor, pensando que ya estaría muerta, y la encontró completamente sana. Creyó que se debía al remedio que le había recomendado, pero le dijeron que no lo había tomado.

 

Sobre este suceso, el párroco, padre Peyramale, escribió una carta al canónigo Fourcade el 30 de abril de 1862. En ella le dice: Bernardita tenía desde hace días una neumonía muy grave. El domingo último 27 de abril, ella estaba muy mal, dando muchas preocupaciones a las hermanas. Ellas se reprochaban haberla dejado ir a la gruta, donde pensaban que había cogido el mal. El lunes se agravó… Ella tosía mucho y respiraba con mucha dificultad. Inmediatamente, después de recibir la comunión, Bernardita se sintió curada. Ella experimentó un alivio, como si le hubieran quitado una montaña del pecho. Le desaparecieron los síntomas alarmantes que tenía y ayer por la mañana ha recibido al médico de la casa, doctor Balencie. El doctor estaba asombrado. Él atribuyó la curación a la eficacia de los remedios que le había prescrito. Pero para mala suerte suya, Bernardita no los había tomado y no tuvo convalecencia

 

PREPARANDO LA ENTRADA

 

El 25 de septiembre del año 1863, la visitó el obispo de Nevers. Ella estaba en ese momento limpiando verdura en la cocina. El obispo habló con ella, quien le contestó en correcto francés. El obispo le preguntó:

¿Qué piensa hacer de su futuro?

 

“Pues nada”.

 

¿Cómo que nada? Hay que hacer algo en este mundo.

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