Flora Cantábrica

Matias Mayor

Lourdes.Español.2,9.8.23.


ESTUDIO DEL CATECISMO

 

A últimos de junio de 1857, la que fue su nodriza aceptó a Bernardita en su casa de Bartrès, prometiendo que la haría ir a la escuela y al catecismo. Pero la realidad fue que la hicieron trabajar mucho como pastora de sus rebaños de ovejas y vacas. No le dieron la oportunidad de ir a la escuela o al catecismo, salvo pocas veces; pero en las muchas horas de soledad en el campo, Dios le hablaba al corazón y ella aprendía a hablar con Él. Se levantaba temprano, ayudaba a la señora a vestir a los pequeños, arreglaba la casa con la criada Juana María y luego se dirigía al establo, acompañada del perrito Pigou, que siempre iba con ella al campo. A los pies de un castaño centenario, construía con piedras un altarcito, en el que colocaba una estampa de la Virgen María y rezaba una decena del rosario.

 

Sin embargo, Bernardita no estaba contenta. Quería aprender y un buen día en que una vecina de Lourdes fue a visitarla, le dio este encargo para sus padres: Yo aquí me aburro. Si usted no tiene inconveniente, vaya a ver a mis padres para decirles que vengan a buscarme. Deseo regresar a Lourdes para asistir a clase y prepararme para la primera comunión 14.

 

El 28 de enero de 1858 regresó a Lourdes. Tenía ya 14 años. Al día siguiente, con permiso de sus padres, fue a la escuela del hospicio, dirigida por religiosas. La inscribieron inmediatamente y se preparó con el padre Pomian, que daba la instrucción de catequesis. En ese momento, no sabía leer ni escribir, ni sabía hablar francés, sólo el patois de la región, e ignoraba casi todo del catecismo.

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