Flora Cantábrica

Matias Mayor

Lourdes.Español.10. 18.4,22


DECIMA APARICIÓN

 

Después del éxtasis, Bernardita se dirigió a la fuente milagrosa y bebió varias veces, se lavó la cara y arrancó varias briznas de hierba. Al regresar a casa, le confió a su tía que la Señora le había dicho: Dirás a los sacerdotes que construyan una capilla en este lugar.

 

 

En la tarde, con su tía, fue a la casa parroquial a hablar con el párroco, el padre Peyramale. Era un hombre corpulento, de frente ancha y descubierta, de maneras graves e imponentes. Era un montañés bueno, pero su corpulencia intimidaba y mucha gente le temía. Él había prohibido a sus tres vicarios que fueran a la gruta y no creía en semejantes cosas.

 

Décimo sexta aparición

 

(25 marzo -Fiesta de la Anunciacion)

Bernardita llegó a la Gruta de primera mañana, y encontró a la Señora en espera, circundada por un claror de luz celeste de pie sobre el rosal. Fueron presentes muchísimas personas. La chica inició a recitar como siempre el santo Rosario.

 

Bernardita volvió a preguntarle a la Señora..»quieres tener la bondad de decirme quien eres y cual es tu nombre?» (la visión resplandecía mas que nunca; sonriendo siempre, y siendo su sonrisa la única respuesta).


Bernardita insistió…»¿quieres decirme quien eres?, te lo suplico Señora Mía».


Entonces la Señora apartó
su vista de Bernardita, separó sus manos, hizo deslizar en su brazo el rosario que tenía en sus dedos, levanto a un mismo tiempo sus manos y su cabeza radiante, en tanto que sus manos se juntaron delante del pecho, su cabeza se afirmo y, mas resplandeciente que la luz del sol, dirigida la vista al cielo dijo:

 

«YO SOY LA INMACULADA CONCEPCIÓN», y así desapareció, dejando en Bernardita esta imagen y ese nombre.

 

Bernardita, oía por primera vez esas palabras. Mientras se dirigía a la casa parroquial, para contarle al párroco (ya que este le había dado el encargo de preguntar a la visión como se llamaba), iba ella por todo el camino repitiendo «Inmaculada Concepción«, esas palabras tan misteriosas y difíciles para una niña analfabeta.

 

 

Cuando la vidente llego con el párroco éste le pregunto: «la Señora es acaso la Beata Virgen?» y Bernardita le respondió: «NO, yo creo que no, Es la Inmaculada Concepción«.

Apenas escuchó aquel título devocional el cura se convenció de la aparición ya que Bernardita no habría podido nunca conocer aquel nombre. Una señora instruida le explicó a la vidente que cosa significaba aquel nombre, entonces Bernardita estuvo segura que la «Señora» era la Virgen.

 

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