Flora Cantábrica

Matias Mayor

Frases del dia 16,9 17


Santa María Faustina Kowalska

 

DIARIO

 

La Divina Misericordia

en mi alma

 

 

 

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570        

Una vez vi al Señor Jesús con una túnica clara; eso fue en el invernadero [209].  Escribe lo que te diré:  Mi deleite es unirme a ti, espero con gran ansia y añoro este momento en que habitaré sacramentalmente en tu convento.  Mi espíritu descansara en aquel convento, bendeciré especialmente las inmediaciones donde estará el convento. 

 

 

Por amor hacia ustedes alejaré todos los castigos que la justicia de Mi Padre administra merecidamente.  Hija Mía, he inclinado Mi Corazón hacia tus suplicas:  tu tarea y empeño aquí en la tierra es implorar la misericordia para (40) el mundo entero. 

 

 

No encontrará alma ninguna la justificación hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia y por eso el primer domingo después de Pascua ha de ser la Fiesta de la Misericordia.  Ese día los sacerdotes han de hablar a las almas sobre Mi misericordia infinita. 

 

 

Te nombro dispensadora de Mi misericordia.  Dile al confesor que la imagen esté expuesta en la iglesia y no en el convento dentro de la clausura.  Por medio de esta imagen colmaré a las almas con muchas gracias, por eso, que cada alma tenga acceso a ella

 

 

 

582

El interior de mi alma es como un mundo grande y magnifico en el que vivimos Dios y yo.  Fuera de Dios nadie más tiene acceso a él.  Al comienzo de mi vida con Dios (49) me llenaba el temor y la ceguedad.  Su resplandor me cegó y pensaba que Él no estaba en mi corazón, sin embargo eran los momentos cuando Dios trabajaba en mi alma y el amor se hacia cada vez más puro y más fuerte; y el Señor llevo mi voluntad a la más estrecha unión son su santa voluntad

 

 

Nadie puede entender lo que estoy viviendo en este magnifico palacio de mi alma donde estoy continuamente con mi Amadísimo.  Ninguna cosa exterior perturban mis relaciones con dios; aunque usara las palabras más fuertes, no expresaría ni una sombra de cómo mi alma está embriagada de felicidad y de amor inexpresable, tan grande y tan puro como la fuente de la que brota, es decir, Dios mismo. 

 

 

El alma es totalmente embebida de Dios, lo siento físicamente y el cuerpo participa en este gozo; aunque sucede que las inspiraciones de Dios son diversas en la misma alma, sin embargo provienen de la misma fuente.

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