Flora Cantábrica

Matias Mayor

Lourdes.Español.6´,31.8.21


SEGUNDA APARICIÓN (14 de febrero)

 

Era domingo de carnaval y, al salir de la iglesia, una docena de compañeras del hospicio rodearon a Bernardita, que ya le había comunicado a su hermana Toñita que deseaba ir a la gruta, pero que no se atrevía a pedir permiso a su mamá. Por ello, las compañeras fueron a la “cárcel” a pedir permiso a su madre, que terminó por ceder, diciendo que le pidieran permiso al papá. Su padre, que trabajaba muy cerca, respondió que no le daba permiso, pero el señor Cazenave para quien trabajaba, le dijo: “Deja que vaya la pequeña. Si aquella a quien ve, lleva el rosario, no es nada malo”. Y el padre aceptó con reticencias. Regresaron a la casa y se lo dijeron a su madre 23

 

 

En total, eran unas veinte alumnas, divididas en dos grupos. Bernardita iba en cabeza y corría para llegar pronto. Al llegar, se arrodillaron y empezaron a rezar el rosario. Al terminar la primera decena, Bernardita gritó: “Mirad, el resplandor… Miradla. Tiene el rosario en el brazo derecho. Nos está mirando”24.

 

 

Bernardita se levantó y se acercó al ser misterioso y le dijo: “Si vienes de parte de Dios, ¡quedaos!”. Y le echó agua bendita. Aquella (Aquéro, dirá ella en su dialecto) se sonrió, manifestando así que venía de parte de Dios.

 

 

Sacudieron a Bernardita, no comprendiendo que estaba en éxtasis, y al ver que no respondía, se asustaron. Juana fue corriendo a avisar a los padres de Bernardita y otras corrieron hacia el molino vecino de Savy para que vinieran a ayudarlas. La molinera, señora Nicolau, le pidió ayuda a su hijo Antonio de 18 años y corrieron a ayudar. Antonio en su declaración manifestó lo siguiente: Me dijeron: Bernardita está en la gruta de Massabielle. No sabemos qué ve. No podemos sacarla de allí. Ven para ayudarnos. Sin sombrero ni chaqueta, seguí sin hacerme rogar a mi madre y a mi tía y, por un camino malo y estrecho, bajé a la gruta. Al llegar vi a tres o cuatro niñas pobres, a Toñita Soubirous y a Bernardita.

La introdujimos a la cocina y la obligamos a que se sentase. Las niñas habían venido con nosotros. Cuando se hubo sentado, le pregunté: “¿Qué ves en aquel agujero? ¿Ves alguna cosa fea?”. Me contestó: “¡Oh, no! Veo a una señora muy hermosa. Tiene un rosario en el brazo y las manos juntas

 

 

Cuando Bernardita volvió en sí del éxtasis en el molino de Savy, se sorprendió, ya que durante todo el tiempo había estado en comunicación con la visión y rezando con ella el rosario. Al poco rato, llegó su madre con una varilla para pegarle y le riñó delante de todos. La molinera, al ver que iba a pegarle, le gritó: Luisa, ¿por qué vas a pegarle? Tu hija es un ángel del cielo. Luisa se controló y se echó a llorar. Después tomó a Bernardita de la mano y ambas regresaron juntas a la casa.

 

La Superiora le insistió que todo era una ilusión y que se debía olvidar de todo. El martes 16, la criada de la señora Millet fue a pedir a su madre que le enviase a Bernardita para contarle lo sucedido. ¿Cómo negarse ante la señora Millet que le daba trabajo en algunas ocasiones? La señora fue a la casa de Bernardita y consiguió el permiso para ir con Bernardita a la gruta el jueves 18 muy temprano, con personas mayores como ella y la señorita Peyret.

 

 

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