Flora Cantábrica

Matias Mayor

Faustina Kowalska,´ESPAÑOL.6


LA NUEVA CONGREGACIÓN

 

Sor Faustina trató de conocer el plan Divino de crear una nueva Congregación religiosa. Con esta intención ofreció a Dios muchas oraciones y muchos sufrimientos. En junio de 1935 en Vilna (Lituania) anotó:

 

Dios exige que hubiera una Congregación que proclama la Divina misericordia y la implorase para el mundo” (Diario, 436).

 

“Impetrarán incesantemente la Divina misericordia para sí y para el mundo entero, y cada acto de misericordia brotará del amor de Dios del que estarán colmadas. Este gran atributo de Dios, tratarán de asimilarlo y vivir de él, y procurarán que los demás lo conozcan y tengan confianza en la bondad de Dios” (Diario, 664).

 

“Vi el convento de esta nueva Congregación. Una casa amplia y espaciosa, visité cada cuarto uno tras otro; vi que la Divina providencia había provisto cada lugar de todo lo que era necesario (…).

Durante la Santa Misa me vino la luz y una profunda comprensión de toda esta obra y en mi alma no quedó ni una sombra de duda. El Señor me ha hecho conocer su voluntad en tres aspectos, pero constituían una sola cosa.

El primero: donde las almas apartadas del mundo arderán como víctimas ante el trono de Dios y pedirán misericordia para el mundo entero… Implorarán bendiciones para los sacerdotes y, a través de su oración, prepararán al mundo para la venida final de Jesús.

 

El segundo: la oración unida con las obras de misericordia. De modo especial protegerán del mal a las almas de los niños. La oración y el obra de misericordia encierran en sí todo lo que aquellas almas deben hacer. (…) en este mundo lleno de egoísmo, se empeñarán en despertar el amor y la misericordia de Jesús.

 

El tercero: la oración y la actitud caritativa no ligada por ningún voto, pero por practicarlas participarán de todos los méritos y privilegios de la Comunidat. A este grupo pueden pertenecer todas las personas que viven en el mundo.

 

El miembro de este grupo debe cumplir una obra de misericordia al día. Por lo menos, pero pueden ser más, porque cada uno puede cumplirlas fácilmente, incluso el más pobre, ya que es triple el modo de hacer una obra  de misericordia;

primera: la palabra misericordiosa, perdonando y consolando;


segundo: cuando no es posible con la palabra, entonces rezando
y esto también es una obra de misericordia;


tercero: las obras de misericordia.
Y cuando llegue el último día, seremos juzgados de esto y según esto recibiremos la sentencia eterna” (Diario, 1154-1158).

Durante las últimas semanas antes de que sor Faustina falleciera, el padre Miguel Sopoćko se encontró con ella en Cracovia en dos ocasiones. Durante estas reuniones, recibió las últimas instrucciones: el testamento que ejecutó después de su muerte.

 

«Diario» del P. Sopoćko:

 

”La visité durante la semana y, entre otras cosas, hablé con ella de la Congregación que ella quería fundar…, y ahora se estaba muriendo, subrayando que probablemente todo había sido una ilusión, al igual que tal vez las demás cosas que ella contaba también lo fueron. Durante la misa, me vino un pensamiento: igual que ella no se vio capaz de pintar la imagen de Jesús, y sólo se limitó a dar las indicaciones necesarias, tampoco habría sabido fundar una congregación nueva, y sólo daba unas indicaciones generales.

 

La urgencia significaba la necesidad de fundar esa congregación en los tiempos de horror que se aproximaban. Más tarde, cuando fui al hospital y le pregunté si tenía algo que decirme acerca del asunto, me dijo que no necesitaba decir nada, porque el Señor ya me había iluminado durante la Santa Misa.

 

Al marcharme, mientras nos despedíamos, me dijo tres cosas importantes:

  1. No puedo dejar de difundir el culto a la Divina Misericordia; particularmente debo empeñarme en que se instituya la fiesta de la Divina Misericordia el primer domingo después de la Pascua. Nunca puedo decir que ya he hecho lo suficiente. Aunque se amontonen las mayores dificultades, aunque parezca que el Mismo Dios no lo quiera, no debo rendirme, pues la Divina Misericordia es inagotable y nuestra vida no bastará para alabarla. El mundo no existirá por mucho tiempo y Dios quiere dar gracia a las personas antes de su fin, a la gente para que nadie pueda excusarse en el juicio final de que no conocía la bondad de Dios y no había oído hablar de Su Misericordia.
  2. Debo permanecer más bien indiferente al asunto de la

congregación, la cual va a empezar más bien con cosas insignificantes y pequeñas, y cuando esto ocurra, la iniciativa saldrá de otras personas (…). Me dijo que, Dios mismo llamará a una persona del mundo que tendrá ciertas señales para saber que es ella.

 

III. Tener intenciones puras en todo este asunto y en las actividades que haga. No buscarme a mí mismo sino buscar únicamente la gloria de Dios y la salvación de las almas. (…) Si se llega a fundar la congregación, yo debo más bien dejar que la dirijan los demás, evitando ponerme yo al frente y querer dirigirla por mi cuenta; debería estar preparado para las mayores dificultades, incluso verme abandonado, sufriendo decepciones, ingratitud y persecución (…) Cuando al cabo de un rato volví a la celda para darle todavía unas imágenes o estampas, la encontré en éxtasis, en medio de su oración: parecía una figura sobrenatural. Sentí un dolor resquebrajante en mi alma, y una amargura, porque debía ya despedirme de esta alma tan extraordinaria. Me sentí abandonado por todo el mundo, pero entendí que era yo quien, ante todo, tenía que confiar en la Divina Misericordia” (”Diario” del padre M. Sopoćko).

Oración al Señor de la Misericordia para pedir bendiciones en el hogar

 

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