Flora Cantábrica

Matias Mayor

Frases del dia 27.917


Alexandrina Maria da Costa

 

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Dolores y más dolores

 

 

 

Hojeando las cartas de Alejandrina a su Director, P. Pinho, nos hacemos una idea, aunque vaga, de sus dolores físicos y de su amor al sufrimiento por la salvación de los pecadores

 

 

 

Esas cartitas breves, verdaderas obras de arte, eran en gran parte dictadas a la hermana, porque ella estaba imposibilitada de manejar la pluma, solamente algunas veces las aumentaba con alguna línea, que le costaban verdaderas agonías.

 

 

He aquí algunos pasajes:

 

 

«Dos palabritas apenas, porque las fuerzas no lo consienten más; pasé mala noche, no encontraba posición, así pasan los días, unos mejores, otros peores, con esta cruz que el Señor me da». (6-11-1933

 

 

 

.. Cuando usted vino, pensé que fuese la última vez; pero no era así, porque Nuestro Señor sabe la necesidad que tengo de que me ayude a ser santa como lo deseo ardientemente, aunque esto esté tan lejos de ser… muchas veces pido: » ¿Jesús, que quieres que haga?» y todas las veces oigo la respuesta: «¡Sufrir, Amar, Reparar!».

 

 

 

«…Veremos si en Navidad el Señor Abad me traerá la Sagrada Comunión y entonces me confesaré (3)… No veo como podré por una vez enmendarme, pero quiero ser santa y todos los días lo pido al Señor» (28-11-1933)

 

 

 

«¡Bendito sea el Señor, que me llamó a este mundo para sufrir y para soportar tantos disgustos! ¡Yo junté a esto tantos pecados! son estos los que me entristecen, pido todos los días sufrimientos y siento grandes consolaciones en las horas en que más sufro, porque así tengo más que ofrecer a mi Jesús.

 

 

«Hay sin embargo cosas que cuestan tanto: pero hágase la voluntad de Dios y no la mía». (30-12-1933)

 

 

 

«Mi sufrimiento aumentó mucho, ahora tomo solamente líquidos; no consigo masticar por una hinchazón en la boca, quizás así como vino, así se irá; de otro modo, en la delgadez en que me encuentro, me sería imposible vivir… siento mucho la falta de lo poco que comía y muchas veces los líquidos me causan vómitos, sin embargo, no es esto lo que me entristece, porque pido todos los días a Dios que no me abandone un momento, sin Él no soportaría nada». (8-3-1934)

 

 

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