Flora Cantábrica

Matias Mayor

Archivo del 5 diciembre, 2023

  • ]. La confesión delante de Jesús.

 

Cuando reflexioné que hacia tres semanas que no me confesaba, irrumpí en llanto, viendo la fragilidad de mi alma y ciertas dificultades.  No me había confesado porque así fueron las circunstancias:  Cuando había confesión, yo estaba en la cama aquel día.  A la semana siguiente la confesión fue por la tarde y por la mañana yo había salido al hospital.  Esta tarde, en mi habitación aislada entró el Padre Andrasz y se sentó para que me confesara.  Antes no dijo ni una palabra.  Me alegré grandemente porque deseaba muchísimo confesarme. Como siempre revelé toda mi alma.  El Padre me dio respuesta hasta a la cosa más pequeña.  Me sentía extrañamente feliz de poder (208) decir todo.  Como penitencia me dio:  Letanías del Nombre de Jesús.  Cuando quería presentarle la dificultad que tenía para rezar aquellas letanías, se levantó y me dio la absolución.  De repente un gran resplandor comenzó a salir de su persona y vi que no era el Padre Andrasz sino Jesús.  Sus vestiduras eran claras como la nieve, y desapareció en seguida.  Al principio me quedé un poco inquieta, pero un rato después cierta tranquilidad entró en mi alma.  Noté que Jesús confiesa como los confesores, sin embargo, durante esta confesión mi corazón intuía extrañamente algo; en un primer momento no logré comprender qué significaba eso.

 

 

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