Flora Cantábrica

Matias Mayor

Archivo del 3 marzo, 2023

5 cosas que tal vez no sabías de San Pío de Pietrelcina y su ángel de la guarda

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REDACCIÓN CENTRAL, 22 Sep. 16 / 06:09 pm (ACI).- San Pío de Pietrelcina, el sacerdote de los estigmas, tenía una relación muy cercana a su ángel de la guarda.

 

Aquí 5 hechos, según la tradición, que tal vez no sabías del Padre Pío y los ángeles.

 

1.-  Creía que todos podían verlo

 

Según la Obra de los Santos Ángeles, asociación católica que propaga esta devoción y con estatutos propios aprobados por la Santa Sede, se dice que el P. Pío cuando era muy pequeño comenzó a tener visiones de su ángel guardián, Jesús y María. Su madre llegó a decir que él pensaba que todo el mundo podía verlos.

 

2.- Juntos contra el demonio

 

En ocasiones, el demonio manchaba con borrones las cartas que le llegaban de su confesor y siguiendo el consejo de su ángel custodio, cuando llegaba una carta, antes de abrirla, el santo fraile la rociaba con agua bendita y así podía leerlas.No obstante, cierta vez el Padre Pío estaba siendo golpeado por el diablo y llamó varias veces en voz alta a su ángel de la guarda, pero fue inútil. Más adelante, cuando el ángel se apareció a consolarlo, el Padre Pío enojado le preguntó el por qué no había acudido en su ayuda. El ángel le contestó: “Jesús permite estos asaltos del diablo porque su compasión te hace agradable a Él y Él quisiera que te le asemejaras en el desierto, en el jardín y en la cruz” (Carta I, 113).

3.- Traducía las cartas

Si recibía alguna carta escrita en francés, el ángel custodio le hacía de traductor. Una vez el Padre Pío escribió: “si la misión de nuestro Ángel Custodio es importante, la del mío es ciertamente más amplia, porque debe hacer también de maestro en la traducción de otras lenguas” (Carta I,304).

4.- Lo despertaba y rezaba con él

 

Narraba el Santo fraile capuchino: “Por la noche, al cerrárseme los ojos, veo bajarse el velo y abrirse delante el paraíso; y, confortado con esta visión, duermo con una sonrisa de dulce felicidad en los labios y con una gran tranquilidad en la frente, en espera de que mi pequeño compañero de mi infancia venga a despertarme y, de esta forma, elevar juntos las laudes matutinas al amado de nuestros corazones” (Carta I,308),

 

5.- Hablaba con otros ángeles de la guarda

 

“Si me necesitas -repetía el Santo a sus hijos espirituales-, mándame tu ángel custodio”. Cierto día Fr. Alessio Parente (Fraile menor capuchino) se acercó al Padre Pío con algunas cartas en la mano para hacerle unas consultas y el sacerdote no pudo atenderlo.

 

Más adelante el sacerdote de los estigmas lo llamó y le dijo: “¿No has visto todos aquellos Ángeles que estuvieron aquí alrededor de mí? Fueron los Ángeles de la Guarda de mis hijos espirituales que vinieron a traerme sus mensajes. Tuve que darles las respuestas rápidamente”.

 

El venerado Padre Pío de Pietrelcina siempre reconoció y agradeció la función de “mensajero” del Ángel de la guarda y por ello recomendaba su devoció

 

 

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