Archivo del 6 octubre, 2021
GEMA GALGANI.Español.6.10.21
6 octubre, 2021 Autor: admin
Fue una de las primeras mujeres estigmatizadas del siglo XX. Tres días a la semana, por al menos tres años, Gema mostraba estigmas en las manos y los pies, que luego desaparecían
Gemma tiene 20 años, y en este momento Jesús permite una enfermedad grave para que Gemma retorne a Él con todo su corazón y nunca más se distraiga con las cosas del mundo.
«De repente comencé a andar jorobada y a sentir dolores de riñón. Resistí durante algún tiempo, pero como la cosa iba peor, pedí permiso a la tía para regresar a Lucca».
Así sucedió. Por pudor quiso resistir un poco más sin avisar al médico, pero las tías lo mandaron a llamar y de improviso se presentó y la examinó. Su diagnóstico fue osteítis en las vértebras lumbares con sucesivo absceso frío en los ingüinales. Se quedó paralítica de ambas piernas. El 28 de Enero de 1899 le sobreviene un dolor insoportable en la cabeza, fruto de una otitis media purulenta aguda con participación del mastoide. Los médicos, viendo que los remedios no producían mejoría y que la enfermedad avanzaba, la desahuciaron; solo por cumplimiento acuden de cuando en cuando a verla.
El 8 de Diciembre, Fiesta de la Inmaculada, Santa Gemma, reacciona con digusto… «le dije a Jesús que no rezaría más si no me curaba. Y le pregunté qué pretendía teniéndome así. El ángel de la guarda me respondió: -Si Jesús te aflige en el cuerpo es para purificarte cada vez más en el espíritu».
Su antigua profesora, sor Julia Sestini, le contó la biografía de un joven pasionista, llamado Gabriel de la Dolorosa. Una señora piadosa, Cecilia Giannini, acudió a practicar una obra de misericordia con Gemma; un día la visitó, y para que se distrajera le prestó la biografía de Gabriel de la Dolorosa, escrita por un desconocido P. Germán de San Estanislao, C.P. ¡Cómo son las cosas del Señor!. Estas dos personas serían para Santa Gemma, en los últimos años de su vida dos grandes regalos de Dios. Doña Cecilia sería la que cuidaría de ella, y estaría al tanto de sus éxtasis y experiencias místicas y el P. Germán sería el director espiritual que el mismo Señor le enviaría para que guiara su alma y para confirmar luego la autenticidad de su vida.
Dice Santa Gemma: «Tomé el libro con desprecio y lo puse debajo de la almohada… Un día estaba sola. Serían como las doce. Me sobrevino una fuerte tentación, y me decía para mí que estaba aburrida de todo. El demonio se valió de esto para tentarme, diciéndome que si le hacía caso me curaría. Estuve a punto de sucumbir. Pero de repente me vino una idea; recurrí al Venerable Gabriel y le dije: Primero el alma, después el cuerpo».
Superada esta tentación, comenzó a leer el libro de la vida del Venerable Gabriel y queda maravillada. No se cansa de admirar sus virtudes. Cuando doña Cecilia volvió para recoger su libro le costó mucho a Gemma devolvérselo. Aquella misma noche, «se me apareció (Gabriel) vestido de blanco. No lo reconocí….se quitó la túnica blanca y se apareció vestido de pasionista.
Me dijo: «Ya ves qué agradable ha sido tu sacrificio. He venido yo mismo a verte. Procura ser buena y volveré.»
En otra ocasión se le apareció de nuevo el Ven. Gabriel y esta vez le dijo que hiciese un voto de hacerse religiosa, pero que no añadiera nada más.
«¿Y por qué?»-le pregunté.
«Me sonrió y me miró. Me puso el escudo pasionista y repitió: `Hermana mía…`, y desapareció.»
Su salud empeoraba, y le sugirieron que le pidiera a la Beata Margarita María por el milagro de su sanación. Ella inició la novena al Sagrado Corazón varias veces pero su debilidad no le permitía continuarla. El día 23 de Febrero 1899, recomienza en serio la novena, y en la noche del día 1 al 2 de Marzo ocurre esto: Faltando algunos minutos para la media noche, Gemma escuchó el rozar de las cuentas de un rosario y sintió una mano que se le posó en la frente, la voz que escuchaba rezar le preguntó:
-¿Quieres curarte?.
-«Todo me da igual», le respondí.
-Te curarás. Ruega con fervor al Sagrado Corazón…
-«¿Y a la Beata Margarita?», pregunté.
-«Añade en su honor tres veces el ‘Gloria'». (La Beata Margarita es hoy Santa Margarita María)
«En el penúltimo día de la Novena quería recibir la Comunión, ya que terminaba en Primer Viernes del mes de marzo. Comulgué muy temprano. ¡Que momentos tan deliciosos pasé con Jesús! El me repetía:- ‘¿Quieres curarte?’. No pude contestar por la emoción. ¡Pobre Jesús! La gracia había sido concedida. ¡Estaba curada!».
Al amanecer del 2 de marzo se levantó con sus propios pies y toda la familia al verla lloraba de alegría ante aquel milagro de Dios. Este milagro es la antesala de otras grandes gracias que Santa Gema recibiría durante su vida. Su amor por Cristo crucificado y su anhelo de ser solo para Jesús la llevarían cada vez más a ofrecerse al Señor como víctima de amor.
El Señor iba preparando a Santa Gema, a través del crisol del sufrimiento, para derramar en ella gracias y «joyas», que nunca ella imaginó, pudiese Él concederle. ¡Qué lejos estaba de pensar que ese Cristo crucificado a quien tanto amaba, muy pronto la iba a convertir en un retrato vivo de sí mismo!.
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LAS LLAGAS DE CRISTO
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El 8 de junio de 1899, en la comunión, Jesús le avisó que por la tarde iba a recibir una gracia grandísima. Ella lo relata así:
……En ese instante, apareció Jesús con todas las llagas abiertas, pero de las llagas no salía sangre, salían llamas de fuego, que en un momento vinieron a cebarse en mis manos, pies y costado. Creí morir y habría caído en tierra, si la mamá celestial no me hubiera sostenido, teniéndome siempre cubierta con su manto. Por espacio de varias horas tuve que mantener esa postura. Después, mi mamá me besó en la frente, desapareció todo y me hallé de rodillas en tierra, pero seguía sintiendo un dolor fuerte en las manos, pies y costado.
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Me levanté para meterme en la cama, pero noté que, de aquellas partes que me dolían, salía sangre. Las tapé lo mejor que pude y luego, ayudada por el ángel, pude acostarme en la cama. Y estos dolores y estas llagas, en vez de afligirme, me llenaban de una paz perfecta. Por la mañana, a duras penas, pude ir a comulgar, y me puse unos guantes en las manos para que nada se viera. No podía tenerme de pie; a cada momento me creía morir. Aquellos dolores me duraron hasta las tres del viernes, fiesta solemne del Corazón de Jesús45.
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El padre Germán, su director, afirma: Desde aquel día en adelante, se repetía periódicamente todas las semanas, desde la noche del jueves, poco más o menos a las ocho, hasta las tres de la tarde del viernes… Una vez terminado el éxtasis del viernes, cesaba de salir sangre tanto del costado como de las manos y los pies. La carne viva se secaba poco a poco, los tejidos lacerados se unían, y se cicatrizaban y, al día siguiente o a más tardar el domingo, no quedaba el menor vestigio de aquellas profundas rasgaduras en el centro ni en la periferia; la piel las cubría uniformemente como en las partes sanas…Hasta que fue prohibidopor los directores de Gema, el fenómeno de la aparición de las llagas se realizó de una manera regular y constante todas las semanas en los días jueves y viernes sin que se manifestasen en ningún otro día por memorable que fuese, ni aun en los casos en que los éxtasis se repetían en forma extraordinaria
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Sor Julia de san José certifica: Yo he visto las llagas de Gema… Vi la mano derecha de Gema con un agujero que traspasaba toda la mano del dorso a la palma. La carne, al principio, esto es, por la parte de arriba de la mano y al extremo del agujero debajo de la misma, la carne estaba como en relieve y sanguinolenta igual que acaece cuando un clavo grueso traspasa una mano. Lo que yo vi y como yo la vi en esta ocasión, lo vieron también otras dos religiosas: sor María Magdalena y sor Hija de María. Esto sucedió un viernes; al día siguiente sábado, no se veía ni rastro en la mano de Gema
SU DIRECTOR ESPIRITUAL
Gema estaba como desamparada espiritualmente, pues su confesor no confiaba en ella. Entonces, Jesús le hizo ver en una aparición a su futuro director espiritual, el padre Germán de san Estanislao, que lo será desde enero de 1900 hasta la muerte de Gema en 1903.
Dice ella: Un día, durante un éxtasis, me hallé delante de Jesús, pero no estaba solo. Tenía junto a sí a un hombre de cabellos blancos. Por el hábito conocí que se trataba de un sacerdote pasionista. Tenía las manos juntas y oraba fervorosamente. Lo miré y Jesús pronunció estas palabras: “Hija, ¿lo conoces?”. Respondí que no. “Mira, añadió, ese sacerdote será tu director y será quien conocerá en ti la obra infinita de mi misericordia”28.
Lo reconoció al ver una fotografía suya y le escribió una carta el 29 de enero de 1900. Él fue quien reconoció que esos fenómenos venían de Dios y la animó a seguir adelante en su camino de santidad y de ofrecimiento total a Dios en favor de los pecadores.
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EL ÁNGEL, MAESTRO Y GUÍA
Es doctrina segura que cada ser humano tiene un ángel custodio que lo
ayuda y lo guía durante su existencia terrena. Normalmente, no lo vemos, pero
hay algunos privilegiados que tienen esa gracia de Dios. Uno de ellos fue santa
Gema, quien desde niña, ya lo invocaba con cariño y del cual ella nos habla por
propia experiencia. Su ángel se le presentaba habitualmente y le hacía toda clase
de servicios y favores, aunque también la reprendía para corregirse
El ángel para ella era un amigo que se preocupaba de sus más mínimas
cosas, que le sonreía con amor, la besaba con cariño y, le daba todas las noches la
bendición al acostarse. Hasta la cura como médico celestial. Nos dice: El ángel
de la guarda no cesa de vigilarme, instruirme y darme sabios consejos. Se deja
ver varias veces al día y me habla. Ayer me acompañó durante la comida, pero
no me hacía fuerza (para comer) como me hacen los demás. Después de comer,
no me sentía nada bien y él me trajo entonces una taza de café tan bueno que me
curé enseguida141
No sólo se le aparece su ángel, el ángel de padre Germán también se le
aparece frecuentemente para ayudarla. Y ambos ángeles forman un dúo
indisoluble para ayudarla en todo.
EL ÁNGEL, MÉDICO Y ENFERMERO
Dice el padre Germán: Gema tenía en su ángel custodio un solícito enfermero y un médico eminente. Bastaba que sufriese la más ligera dolencia para que lo tuviese a su cabecera toda la noche. La entretenía con sus santas exhortaciones, la consolaba en sus pesares, la defendía contra las asechanzas del demonio y le prestaba cuantos servicios necesitaba53
EL ÁNGEL DEL PADRE GERMÁN
Gema no tenía solamente un ángel amigo, el ángel del padre Germán era también su amigo que la visitaba frecuentemente y la ayudaba en todo, incluso cuando estaba enferma. Aquí podemos observar la importancia de invocar a los ángeles de nuestros familiares o personas con quienes vivimos, pues ellos también son parte de nuestra vida y nos ayudarán en la medida en que los invoquemos
Dice Gema al padre Germán: Mándeme esta noche a su ángel, porque tengo muchos recados que darle87
Todas las noches, desde que usted se marchó, su ángel custodio viene a bendecirme y, por las mañanas, a despertarme
EL ÁNGEL CARTERO
Una de las cosas más hermosas de la vida de santa Gema es observar a su ángel como un humilde servidor que le hacía favores de toda clase, incluso llevarle las cartas al correo para ahorrarse el franqueo. Normalmente, esas cartas llevadas por el ángel, las recibía el padre Germán por el correo ordinario. Pero algunas veces las recibió por medio de un pajarito, bajo cuya figura estaba su ángel
El padre Germán le escribía a la señora Cecilia para probar, si realmente era el ángel el que llevaba las cartas: Respecto al cartero angélico, podría hacerse otra prueba. Cuando Gema tenga ya preparado el sobre de que le he hablado, un sobre cerrado, ponga las señas y se lo entregue a usted. Usted lo coja y lo ponga en un sitio apartado, colocando encima una imagen del venerable Gabriel, rogando al Señor que sea glorificado en esta su sierva y que no permita que el enemigo engañe a nadie. Si después de pasados tres días, el sobre siguiese en su sitio, usted tendrá la bondad de enviarlo por correo99
La señora Cecilia Le escribió al padre Germán una carta en la que le decía: El día 12 se le envió una carta. ¿La ha recibido? Se remitió de este modo. Se la entregué a don Lorenzo, quien la puso bajo llave la tarde del día 12. El día 13 a eso de las tres de la tarde, estaba con la rueca, mientras Gema se hallaba con el niño en brazos. De repente, me dice que ha visto pasar al ángel por la ventana de don Lorenzo con la carta en la mano. Corrí al momento a llamar a don Lorenzo, que tenía la llave en el bolsillo, y le dije: “Vamos al instante a ver”. Miramos y la carta no estaba ya. Dígame enseguida, si la ha recibido
Afirma el padre Germán: Al ángel le daba encargos para el Señor, la Virgen o los santos y, en ocasiones, le confiaba cartas cerradas, suplicando que le trajese contestación, la cual en efecto llegaba y muy pronto. Cuántas pruebas hice para asegurarme de que hechos de tal naturaleza obedecían a causas sobrenaturales. Ni una sola falló. Tuve que convencerme de que el cielo, por decirlo así, quería jugar con esta joven tan sencilla como amada. Si mandaba a su ángel con algún encargo para personas de este mundo, como lo hacía con frecuencia, le causaba extrañeza que no se le contestase104
Cumplo con el encargo de escribirle cuanto me contó el llorado padre Germán sobre el modo verdaderamente extraordinario como en cierta ocasión recibió una carta enviada por Gema desde Luca.
Una mañana, en que se extrañaba del largo tiempo transcurrido sin tener noticias de Gema, sintió que un pájaro revoloteaba rozando con sus alas los cristales de la ventana. Al principio, no le dio importancia, pero como el pájaro perseveraba en la misma actitud, se acercó a la ventana, observando con sorpresa que traía una carta en el pico y que, en vez de asustarse, daba signos de querer entrar en la celda. Abrió el padre la ventana, entró el pájaro y, después de dejar caer la carta sobre la mesa, se alejó volando.
La carta era de Gema y, como en ella suplicaba que le contestase pronto, lo hizo inmediatamente, colocando la carta en la parte exterior de la ventana. Cerró ésta y, al instante, vio acercarse al pájaro que, tomando la carta en el pico, emprendía el vuelo, desapareciendo al punto de la vista. Al poco tiempo, Gema recibía respuesta
Realmente es muy hermoso observar la confianza que Gema tenía con su ángel y con el del padre Germán. Ella vivió personalmente la realidad de la existencia del ángel custodio, que tantos tratan de negar, y nos habla por experiencia de esta verdad de nuestra fe.