Flora Cantábrica

Tweet

,,,,,,,,,,,,,,,,,,

,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,

PADRE DAMIAN

Repasando sus cartas, uno se encuentra a veces con el trasfondo oscuro y dolorido de su corazón. Si acumulamos textos, lo oscuro se ennegrece en demasía, pero aún así, leamos algo. A su hermano el 22.12.1866

Tras los penosos cuatro primeros años en la inmensidad de Kohala, llega el refuerzo del P. Gulstan Ropert y le dice a su hermano: “Tenemos el consuelo de vernos todos los meses para confesarnos y consolarnos mutuamente. Aunque el misionero siente de una manera del todo particular la asistencia de Dios, el corazón pide sin embargo esa especie de asistencia exterior de un hermano para hacer desaparecer las ideas negras que engendra el contacto diario con un mundo corrompido. De este modo durante los días que estamos juntos, nuestros pulmones se dilatan por un exceso de alegría. Después de eso, nos sentimos de nuevo más fuertes para entregarnos al santo ministerio” (2.9.1

”. A su llegada a Kalawao, parece que Damián estaba feliz de poder imitar a su Señor en esta extremosa indigencia. No tiene mas que su breviario y su caja de herramientas. Ningún techo bajo el que cobijarse y reposar su cabeza. Toma su alimento encima de una piedra plana y duerme bajo las estrellas, abrigado bajo un pandano cuyas raíces, según un naturalista, “ofrecen un nido privilegiado a los ciempiés, escorpiones, hormigas, mosquitos, cucarachas y también a las pulgas de gatos, de perros y de ovejas sarnosas, que se abrigan bajo sus ramas”